Como en cualquier negocio, siempre hay servicios más especiales que otros; los de tus amigos, por ejemplo.
Durante todos estos años, hemos tenido varias veces la suerte de poder fotografiar las bodas de nuestros amigos. Hacer el reportaje de boda a alguien que quieres, sin duda es muy especial. Vivir con ella el día entero desde dentro, es maravilloso.
Este es uno de esos casos, la boda de mi amiga Irene.
Como bien os he dicho arriba, fotografiar la boda de una de tus amigas, ES UNA PASADA.
He de decir que también se pasan nervios, ya que la responsabilidad aunque es la misma de siempre, pesa más. Inconscientemente, es así.
Pero se disfruta muchísimo, ya que vives con ella momentos que de otra manera, no vivirías, como por ejemplo, los preparativos.
Es increíble acompañar a una amiga tuya en los preparativos de su día, poder ofrecerle la ayuda que necesite en cualquier momento, sentir que parte de su tranquilidad es por estar a su lado… Sin duda, los preparativos son uno de mis momentos favoritos del día cuando le haces el reportaje de boda a alguien que quieres.
Otro momento que me encanta, es la ceremonia. Tener acceso a todos los momentos desde la perspectiva que yo elija, es muy guay. ¡Anda que no lloramos en este momento!
Creo que veréis en las fotografías lo mucho que disfrutamos y lo bonita que fue la boda de Iker&Irene.
Ceremonia en el Ayuntamiento de Irún.
Comida en el Hotel Usategieta de Oiartzun.