Hace más o menos un año, Aintzane se puso en contacto conmigo para contratarme un reportaje de familia, un reportaje de familia para regalarle a su marido el día del padre. La verdad es que me pareció una idea genial.
Cuando llegan días como estos, la gente a veces regla cosas poco útiles o cosas que no necesitan para nada y se olvidan que a veces un regalo como este, que aparentemente puede no “molar” nada, se convierte en un regalo único, fantástico y para toda la vida.
Quizás aparentemente no es el que más espacio ocupa, pero sí el que más llena sus corazones.
Llegado el otoño, me llamaron para su reportaje de fotos. Los tres vinieron expectantes, con ganas de pasar una tarde divertida y con mucho amor que dar. Se lo pasaron bien, lo sé… lo noté en cada minuto que pasaba. Pero lo que más noté es que se sintieron tan a gusto conmigo, que todo el cariño que trasmitían era tan real como ellos; abrazos sinceros, miradas llenas de sentimiento, besos sentidos…
Fue algo mágico y divertido, como todos los reportajes de familia que realizo.